LA HORA DE LOS GRILLOS
El aroma a café me despierta. En la penumbra, los objetos se reflejan borrosos en el espejo; también mi imagen marchita. ¿Quién soy?
Negás la realidad, diagnosticó la porteña, psicólogo en un pasado mejor; odiás tu vida, lo que sos.
Puede. Pero, cómo romper la dinámica. Adónde volver.
En el pasillo reptan zapatillas perezosas, oigo bostezos, voces roncas de alcohol y humo. Juro que será la última vez; abandonaré esta casa, bulliciosa a la hora negra de los grillos, sosegada cuando la mano pálida del alba apaga las estrellas.
En la mesilla, los euros golosos me eclipsan la intención. Quizás mañana.
P.U.M.
MANOS PRIMOROSAS
Vende amor con la mano Caridad, de seis a ocho, en cines umbríos, en retretes tabernarios.
Recibe al marido, a las nueve, afanada en guisos apetitosos.
Él, se congratula de la maña de Caridad para darles el punto. Ella amordaza al grillo acusador y, sonriendo, le acaricia la frente fatigada.
P.U.M.
SIN TÍTULO
- Ese dibujo también lo puedo hacer yo.
Manuel siempre estaba molestando a su hermano.
Le inquiría con insultos varios y un abanico de golpes que no tenía nada que envidiar a los luchadores de Kich boxing. Y es que de eso se trataba, de envidia. Pero ahí está Javier, impasible ante las palabras de su hermano, dibujando con cera la silueta de un grillo en la acera. Pasaron unos minutos. Manuel se levantó y se fue. Entonces Javier, con una sonrisa, contestó:
- Pero no haces.
A.M.L.
SIN TÍTULO
Hace muchos, muchos años, cuando todavía no existían los grupos de música, ni los cuartetos de cuerda, ni los discos de vinilo, se amaestraba a los grillos para que cantasen dulces melodías. Todos los grillos tenían un oído finísimo, y algunos daban hasta recitales. Hasta que llegó un grillo de la movida madrileña de los años ochenta.
Por eso los grillos son los únicos animales que pueden protegerse de su propio canto.
Y si pudiesen protegerse de Alaska, también lo harían.
A.M.L.
SENDAS
En fila caminan con sus jóvenes cantos. Por sendas de monte, cantimplora en mano y pañuelo anudado. Franjas azules y blancas, los distinguen de otros compañeros, cómplices de brisa y Sol de verano. Anoche la Luna alumbraba la hilera, y alrededor trotaban los grillos, felices por tener compañeros de montañas y juegos.
M.N.A.
ABRAZADO A UN CLAVEL
-¡Una cucaracha!
- ¡No señora, soy un grillo!-Gritó Marcial enfadado.
-¿Qué haces aquí?
-He venido sentado en el tallo de un clavel. En este palacio trabaja Isis, poetisa escritora de cartas por encargo. Yo…¡pobre de mí! –bajó el grillo la cabez y se ruborizó-, no sé escribir y estoy enamorado
M.N.A.
SONIDO ETERNO
Ocurrió en el río. Yo estaba por enamorarme y ella era muy hermosa. Los dioses ayudaron con aquella inesperada brisa que justificó el primer abrazo. Luego el baile de una mariposa guió nuestras bocas.
Pero fue el inesperado CRICK de un grillo el que sonó como un eterno SÍ.
M.A.G.S
DESPIDO IMPROCEDENTE
Lo confieso: hurgo en la tierra y cazo grillos. Se me pasan las horas observándolos. Mi jefe me ha mirado siempre como a un bicho raro. El viernes me despidió. Así, sin más. Y yo, muy digno, salí del despacho, froté mis alitas y le dije cri-cri por última vez.
M.C.M.S.B.
SIN TÍTULO
La mosca daba vueltas alrededor del vaso de coca-cola hasta que se posó en la mesa de la terraza, resuelta a echar a volar detrás del pato gris y amarillo.
EL ASCENSOR
Berta no volvió a hacer uso del ascensor desde que su corazón empezó a ser dueño de su vida. Antes, cualquier situación era controlada; no se permitía ni mirar el vuelo de una mosca. Ahora, en realidad, la felicidad no inunda plenamente todos sus rincones, pero su consciencia está libre.
NUESTRO PÍO PÍO
Nuestro píopío era un adorable pájaro, un canario con pedigrí cantor, tan importante para nosotros como muchos Piolín, que así se llamaba también. Hace poco nos dejó para siempre y, aunque a veces parecía que no, lo queríamos tanto como a Glenda -que decía Cortázar- o más.
LA MOSCA
Lamentábase una mosca de morir sin ver el mar
Un día dura su vida.
Está cansada, no puede más.
Un grillo llora sin poderla más.
Un pájaro escucha el lamento
no duda en ayudar,
si promete que al final,
bajo el cielo y sobre el mar,
le sirva de manjar.
EL SENTIDO DE LA HORMIGA, 43
Abril 2000
- Están por todas partes, mas ¿cómo deshacernos de ellas?
- ¿Podríamos acaso?
- No lo creo.
- ¿Deberíamos?
- Quizás.
Noviembre 2043
- Cometimos un gran error. Nunca aprendimos de su sociedad; y el precio a pagar solos tú y yo es...
- Y las hormigas.
NOCHES DE VERANO
Crí, crí, crí....
Adoro las noches de verano...
Sentada en mi terraza, tomando una birrita, fumándome un cigarrillo, oyendo el canto de los grillos, sintiendo la suave brisa del mar...
Crí, crí, crí
¡¡Arghhh!! ¡¡Puto bicho...!!
¡Juan!, ¡dame el "flis"!
A.C.R
GATILLAZO JUNTO AL RIO
La cortejé en el rio, a la sombra de un pino moro. Primerizos y empalagosos, el dulzor de nuestros arrumacos atrajo el vuelo de unas mosca. Traté de obviarla, pero la puñetera me pilló en retaguardia. ¡Dios, esas cosquillitas sobre el pompis resultaron fatales para mi inexperta pasión!
MAGS
LOS ÚLTIMOS INSTANTES DE LEV TOLSTOI
Creyó primero escuchar grillos, como en las noches de estío en Crimea. Después, algo pareció posarse en su brazo izquierdo. Contempló el hecho con incredulidad. “¿Una mosca en la estación de Astapovo a diez grados bajo cero?”. Cerró los ojos y pensó: “¿Estaré ya muerto?”. No deseó saberlo.
J.V.S.
CUESTIÓN DE GUSTOS
El hombre con cabeza de mosca y cuerpo de hormiga, agitó sus alas de libélula y revoloteó durante unos segundos como un pájaro. Bebió agua del lavabo con su pico de pato y con voz de grillo dijo mirándose al espejo:
- No soy tan feo, sólo es cuestión de gustos.
DEMOSTRACIÓN DE VALOR
Deja de huir; despréndete del disfraz que te hace temerosa; muéstrale al mundo de lo que eres capaz, le repetían.
Y la hormiga dejó ver al elefante que llevaba dentro y comenzó a pisotear a quienes se cruzaban en su camino. Incluso a aquellos que le aconsejaron que fuera valiente.
JAULA DE PAPEL
Revoloteó por el jardín, disfrutando de su reciente libertad y entró en la casa colándose por la ventana entreabierta. El niño consiguió atraparlo y lo enjauló. Y de nuevo encerrado, el pájaro comprobó que los barrotes de hierro aprisionaban más que las palabras.
Nunca debió escaparse de aquel poema.
LA SILUETA
Mientras comenzaba a dibujar en la arena la silueta de una mariposa, pensaba en todo lo que pudo hacer y no hizo, lo que pudo decir y no dijo, lo que pudo amar y no amó. Pero ya era tarde, había concluido el dibujo y la mariposa alzaba su vuelo.
MENTIRA PIADOSA
Mi hijita miró aterrorizada el escaparate.
- ¿Qué es eso mami? – preguntó señalando la hilera de patos desplumados.
- Es un hospital de patos, cariño – respondí con rapidez.
Y me creyó.
Años después, pudo leer en el mismo escaparate: “Restaurante Whan Shu”. Me miró, me odió para siempre y se hizo vegetariana.
NÚMERO FATÍDICO
Cuarenta y dos, pudo leer la hormiga antes de ser aplastada por la bota.
S.O.S
Mientras gritaba pidiendo socorro, nadaba con fuerza para sobrevivir en aquel océano. Los buenos y malos momentos de su vida se agolpaban en su mente.
Y expiró con una última imagen: la de la mujer rubia de la mesa cinco, vociferando que una mosca acababa de caer en su sopa.
SUEÑO O REALIDAD
Un día soñó que era una libélula y al despertar comprobó que podía volar. Desde entonces, no ha querido dejar de contemplar el mundo desde lo alto; es por eso que no ha vuelto a cerrar los ojos jamás, por miedo a soñar que, simplemente, es una mujer que duerme.
INEVITABLE
Con la sonrisa más verdadera que jamás se haya visto en Sunset Boulevard salgo a la calle leyendo las noticias que se cuelan en mi café con leche. Y así, mientras me tomo la tostada escuchando la canción de Placebo que habla de una chica y una colina, te veo. Tú eres un elefante y yo una diminuta y moribunda hormiga. Tú apenas me ves pero para mí eres como el edificio más alto del universo, ese que está en Taipéi. Y te me caes encima. Y muero aplastada no por los ladrillos sino por el sentimiento contrario al amor que no es el que todos piensan que es. No. No es el odio. No. Es la indiferencia. Esa que tú le profesas a la hormiga a la que mataste sin ni siquiera darte cuenta.
A. M. G.
LA PESCA NO ES PARA MI
Lanzando José el cebo al Segura ignoró la mosca posada en la punta de su bota de goma. La mosca, pendiente de no caer, no vio la hormiga que, desde abajo, contemplaba la gran figura de la mosca, la gigantesca talla del humano.
Siguió caminando cabizbaja. No la habían visto.
M.A.S.A.
TROPEL DE HORMIGAS
El tropel de hormigas asciende impetuoso en busca de fértil asiento donde difundir su expansión y conquistar un mundo virginal dominándolo con sucesivas legiones.
Huestes poderosas, sublimes, que precisan continua aportación para sojuzgar a ejércitos amodorrados.
Triunfar o derrotarse depende, únicamente, de la voluntad hostigada del consumidor primerizo.
R.S.G.
REALIDAD
Otra noche, otro día. Un chirriante sonido le vomitó a la realidad con un regusto amargo pegado al cielo de la boca. Era alto, enjuto, barbado. Amontonando los cartones de su cama, la vio, una hormiga delgada con patas largas buscando su casa con tesón. Su puerta había sido cegada.
J.L.V.A.
CRISIS DE IDENTIDAD
Al nacer, me sentí pequeña. Expresión que no es pura obviedad, mi escasa cabeza, retraída en un cuerpecillo redondo y negro, desafiaba toda regla de la proporción.
Y aquellas piernas, alejadas, prolongación de una espalda curvada, cual prominente giba.
Al crecer, poco, salí de aquel agujero y me sentí hormiga.
I.O.O.