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IN-LIMITIS, de Paula Anta

05/02/2021 - 22/02/2021 | Exposiciones temporales

IMPORTANTE:
con motivo de los datos de la pandemia y medidas adoptadas por sanidad, se aplaza al 5 de febrero la inauguración de la exposición.

 

Paula Anta

Comisario: Rodrigo Carreño Rio

 

La naturaleza es un elemento presente en el espacio urbano: la naturaleza y la arquitectura, lo natural y lo urbano. El proyecto que muestra In-Limitis, a través de la serie fotográfica “Nudos: Topologías de la Memoria” de la artista Paula Anta, busca crear una relación conceptual y formal entre la naturaleza y los espacios arquitectónicos. Esta serie fotográfica nace desde la búsqueda de resaltar la relación ente la naturaleza y las estructuras arquitectónicas que nos rodean partiendo de patrones universales. 

A través de las imágenes de Paula Anta se puede observar cómo la naturaleza, representada por cúmulos vegetales, es capaz de crear sus propias estructuras e incluso adaptarse al espacio arquitectónico que invade de manera aparentemente caótica. La narrativa se articula en torno a las estructuras que nos rodean y sus arquitecturas originales que, siendo urbanas o de carácter natural, componen desde su esencia el espacio. 


En estas imágenes desaparece la perspectiva, no hay profundidad, no se reconoce el espacio. Tampoco existe una geografía concreta, por lo tanto, no es necesario conocer el lugar. Lo representado puede provenir de cualquier espacio ya que la naturaleza siempre intenta recuperar su identidad y sus estructuras esté donde esté. Tampoco tenemos una concepción del tiempo concreta: es un tiempo impreciso, desconocido, universal. Se trata de composiciones aparentemente caóticas, casi a modo de dibujo, representadas sobre pan de oro, color que simboliza lo atemporal, lo sagrado, la luz y, sobre todo, lo universal. 


Lo vegetal aparece para atraparnos, para confundirnos, para transpórtanos. Sin tiempo aparente ni lugar conocido. La naturaleza es la única referencia, es el orden establecido mediante el cual, siguiendo las leyes de la supervivencia, se van creando unas estructuras bellas en su concepción, en su silencio, en su abstracción. 


Estos nudos o marañas vegetales no están olvidados como partes de una ruina, sino que son reconocibles. Dentro de su patrón aparentemente caótico, dibujan con sus líneas diferentes composiciones que, en su esencia, tienen un significado muy concreto. Finalmente descubrimos que los nudos que se derivan por estas acumulaciones de ramas y rizomas, no se instalan en una superficie de forma caótica, sino que siguen un orden concreto. En realidad, son estructuras universales que se encuentran en todas las cosas, desde las más pequeñas, como las conexiones neuronales (Neuronal Forest), hasta las más grandes (los movimientos de galaxias o Clusters). Estos cúmulos vegetales nos atrapan en primer lugar, en el desconcierto, en el desorden. Después, llega lo bello, el gusto por lo desconocido. A través del interés por lo nuevo, por conocer más, nos adentramos en unas estructuras universales, guiados por la forma y la luz. Finalmente nos situamos en un lugar atemporal, universal, rodeados por formas que nos trasladan a todos los espacios y a ninguno. Por último, descubrimos el placer de no saber dónde estamos ni cómo hemos llegado hasta allí. Simplemente estar y sentir el hecho de formar parte de un todo. 

 

 

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