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LUGARES PROPIOS. Rituales estivales en Lo Pagán. Un proyecto de Mar Sáez
05/02/2021 - 13/03/2021
Un paseo por el molino, un día para ponerte los barros en familia, otro para conocer a los extranjeros que siempre nos sorprendían por haber llegado hasta este punto del mapa; y por supuesto, la jornada dedicada a llenar de lodo la botella de agua que nos acabábamos de beber bien fresquita, para tener en casa de reserva. Desconozco si realmente el lodo de la zona tenía propiedades curativas, pero el hecho de socializar con otras familias ya era terapéutico para nosotros. Lo que sí sé con certeza es que en mi infancia cada verano en Lo Pagán era todo un ritual.
Durante los últimos tres veranos he fotografiado a lugareños y visitantes que han abrazado nuestra cálida costumbre. Pero 2020 ha sido diferente: un mar desgarrado ya no puede disimular su herida. No será fácil olvidar la visión del 12 de octubre de 2019, cuando miles de peces y crustáceos exhalaban sus últimas bocanadas en charcos de mar sin oxígeno. Una lenta fotografía; una radiografía instantánea del colapso ecológico que se pudo evitar.
El Mar Menor, la gran laguna salada de Europa, arruinada por la contaminación y el urbanismo desaforado, ante los cuales solo restan los coletazos de un ecosistema moribundo en su lecho marino y el vivo dolor de quienes lo acompañan: las personas que amamos este lugar y recordamos todavía lo que un día fueron los veranos en Lo Pagán.
PLACES CLOSE TO MY HEART
Summer rituals in Lo Pagán
A stroll to the windmill, a family day out to the mud baths, getting to know visitors from other parts of the world that never failed to surprise us for reaching this corner of the map, and of course, moments like filling with mud the bottle of fresh cold water that we just drank up so we could spare some mud at home. I don’t know if the mud from the area really did have healing properties, but the mere act of socialising with other families was already therapeutic for us. What I definitely do know is that each summer of my childhood in Lo Pagán was all about rituals.
Over the last three summers I have photographed locals and visitors that have embraced our warm tradition. However, 2020 has been different : the mutiliated sea cannot hide the cross it has to bear any longer. It will not be easy to forget the scenes from 12th October 2019, when thousands of fish and shellfish drew their last breaths in tidal pools without oxygen. A slow motion photograph; an instant x-ray of an ecological collapse that could have been avoided.
The Mar Menor, Europe’s great salt water lagoon, destroyed by pollution and rampant urban development leaving behind only the last traces of an ecosystem dying on the seabed and the raw pain of those that share its suffering: the people that love this place and still remember how summers were once upon a time in Lo Pagán.
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