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Rosa Brun. con tras 3. Acordes de una poética visual.
16/04/2021 - 19/06/2021
El concepto contraste esta siempre presente en la obra de Rosa Brun, siempre jugando con los límites, las fronteras, la contraposición de colores, de acabados, materiales y composiciones. Muchas veces se ha escrito sobre ella que en su obra hay un desafío continuo al conocimiento, traspasando la frontera y el límite de la lógica continuamente. El intento de ver un sentido uniforme entre la variedad de sus colores, formas y texturas sería todo un reto para nuestra razón.
Ese centrarte reiterado en su obra nos sirve de hilo conductor para crear este proyecto expositivo ya que, en este caso, esa contraposición va a dirigir nuestro discurso expositivo creando el proyecto con tras 3. Acordes de una poética visual, invadiendo tres espacios connotados e icónicos en la ciudad de Murcia. La obra de Rosa crea un contraste entre su simplicidad minimalista que inunda y da sentido a esos espacios llenos de historia, diferentes texturas tonalidades sobrias que conviven en armonía con su paleta de colores sólidos y flúor, y el juego con el espacio y su flirteo continuo entre las diferentes disciplinas artísticas en las que ha derivado su obra más actual: su pintura puede confundirse con escultura y su escultura puede quedar disfrazada de pintura.
Su obra en este proyecto expositivo conversará simultáneamente con el espacio Molinos del Rio Segura, la sala Caballerizas -incluida en el mismo complejo- y la sala La Capilla, espacio emblemático de la Universidad de Murcia. Resaltaremos en una poética visual la relación de las obras expuestas con los espacios arquitectónicos y la creación de puntos de conexión con los mismos, donde se subrayan los contrastes entre sus muros de piedra llenos de muescas creadas por la huella del tiempo, con las texturas lisas y en ocasiones satinadas de sus piezas. El contraste de sus sencillas composiciones con todos los elementos que componen esos edificios llenos de molduras, ornamentación, piedras de molino, etc. El vacío que los separa adquiere la misma importancia que las piezas en sí mismas, invitándonos a repensar dónde comienzan y acaban las pinturas, borrando el limite entre espacio y obra fundiéndola en nuestro discurso, en un equilibrio de contrastes.
Sus muros, los planos de mármol del suelo, sus ornamentaciones e incluso sus cúpulas, quedan convertidos en elementos artísticos y, sin duda, el color que contrasta con la neutralidad tonal de estos espacios, es eje determinante de esta poética visual. Al tiempo que podemos vislumbrar claramente su influencia de Rothko, Barnett Newman, Kenneth Noland, Donald Judd o Ad Reinhardt, exponentes del expresionismo abstracto y del minimalismo conceptual.
Otro factor clave en este proyecto de comisariado, es subrayar -en los tres espacios escogidos para el proyecto expositivo-, la conversación entre la producción artística de Rosa y la importancia de la ubicación de las piezas para provocar ese juego con la ambigüedad espacial: en un primer vistazo, sus obras parecen planchas ligeras, pero elaboradas en materiales pesados como el aluminio o la madera; esculturas suspendidas en el espacio que enfrentan tonalidades frías y cálidas, que contrastan y dialogan a la vez con la complejidad de las paredes que acotan estos espacios. Este proyecto se inspira en estos contrastes que existen en la naturaleza: la convivencia entre el simple telón azul del cielo con la complejidad de una montaña o una arboleda; del contraste de un mar en calma que exhibe reflejado el barroquismo de unas nubes…, en suma, contrastes que conviven y equilibran las composiciones en la naturaleza.
Ese mismo discurso juega en su obra con su propia naturaleza geométrica y su ritmo, como la música acompasada o el rítmico trote de un caballo. Una experiencia entre el tiempo y su transición que conforman el margen material del objeto escultórico.
Rosa edita espacios, es una minimalista de máximos, porque suma constantemente módulos, actitudes y porque, a diferencia de otros artistas minimalistas más conocidos —Judd, Sol LeWitt—, también se permite momentos de delicadeza, suavidad y añoranza jugando con la metáfora visual y el color. Cuando estamos ante sus obras, se tiene la impresión de que el espacio interno desborda el material con la intención de una nueva lectura, y motiva al espectador a culminar todo el discurso expositivo, como ocurre con las clásicas alfombras de Carl Andre, realizadas con placas de metales de diferentes colores y brillo, dispuestas borde contra borde, para formar cuadrados: una escultura bidimensional en la que el interior "se ha vaciado", no hay peso, y el material es una especie de absoluto, como un discurso compositivo alejado de todo ilusionismo.
En los espacios de Molinos del Rio Segura y Sala Caballerizas se muestran algunas de sus composiciones más conocidas, y cada conjunto tiene su propio equilibrio entre el espacio y la obra, en función del material, gama cromática y gravedad de las piezas, perfectamente instaladas en espacios diferenciados, descentradas de sí mismas, con el fin de crear "instantes" de escultura y pintura que dialogan con el espacio y el río colindante. Toda una poetica visual más que esculturas propiamente dichas.
Pero la magia del encuentro de la obra de Rosa con el espacio de La Capilla vuelve a llevarnos a otro contraste, a otras disparidad. Allí, en el edificio Convalecencia, encontramos a la artista más sólida, donde los elementos de su composición surgen ingrávidos en la propia arquitectura tan potente, intensa y digna como características inherentes al espacio. Volúmenes y planos dispuestos en el espacio como letras enunciadas en su orden inteligible, conformando sílabas y a su vez palabras que derivan en un discurso. De ahí que la génesis de nuestros contrastes se basen también en la poesía, en las palabras y los silencios que contrastan con complejas frases en cuyos silencios radica su razón de ser.
Con Rosa, la escultura/poesía genera su propio discurso en relación con los tres espacios, narrando tres historias distintas y conformando acordes de una poética visual. Una palabra/una plancha de metal/un cubo es una frase; el espacio es ese papel en blanco que el poeta inunda con sus versos y por ello esta propuesta expositiva es un discurso abierto. La labor de los comisarios de explicar cada faceta de su trabajo debe ser concienzuda y responde al interés de los propios espacios y su interacción con las obras y los diferentes públicos. En este caso, podemos decir que un artista con el rol de comisario les ha narrado tres historias de contrastes utilizando, versando e integrando la obra de Rosa Brun con los tres espacios descritos, en un intento de crear los acordes precisos en la confianza de que, finalmente, el discurso les resulte un poema visual.
Paco Caballero
Comisario de la exposición
Rosa Brun nace en Madrid (1955). Es una pintora española cuya producción artística se mueve entre el conceptualismo, el minimalismo y los color fields estadounidenses.Desde los años 80 vive y trabaja en Granada.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Doctora en Bellas Artes por la Universidad de Granada.
CATEDRÁTICA DE PINTURA. Facultad de Bellas Artes. Universidad de Granada. Coordinadora del Seminario Permanente de Arte Contemporáneo, de la Universidad de Granada.
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